Este año el mes misionero está iluminado por el lema: “Seamos testigos hasta los confines del mundo”. Es una invitación a sumergirnos en CRISTO, en quien somos bautizados, a llenarnos de Él para ser discípulos misioneros, y anunciar a JESÚS sin descanso en todo tiempo y lugar para que todos se salven.
El Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2022 nos recuerda los importantes aniversarios que estamos celebrando como Obras Misionales Pontificias: la fundación hace 400 años de la Congregación de Propaganda Fide —hoy, Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos— y de la Obra de la Propagación de la Fe, hace 200 años, que, junto a la Obra de la Santa Infancia y a la Obra de San Pedro Apóstol, obtuvieron hace 100 años el reconocimiento de “Pontificias”.
Recordar y celebrar estos acontecimientos nos quieren animar a renovar nuestro compromiso misionero, reconocer que nuestros pasos se escriben en largos caminos recorridos por quienes nos precedieron, quienes dejaron sus vidas, o las entregaron testimoniando su encuentro gozoso con Jesús y con el firme propósito de extender su Reino hasta los confines del mundo.
Estamos llamados a ser testigos de Jesús, de su vida, su Evangelio y su presencia en nuestra vida, y a llevar su Palabra a quienes están olvidados, alejados, a los invisibles y descartados por la sociedad; así como Jesús que ve a quien los demás no ven, que llama, se acerca, acoge, abraza, sana y salva. Cada acción, cada paso dado en el anuncio del Reino de Dios hace que la herencia y la promesa de Cristo se haga universal.
Este año conoceremos a testigos que han dado su vida anunciando a Jesucristo, sus historias pueden ser las nuestras. Eran mujeres y varones jóvenes y sacerdotes que tuvieron las mismas inquietudes y dificultades, sueños y esperanzas… y como nosotros dieron el Sí, que es capaz de cambiar la historia, así como el Sí de nuestra Madre María. Recordamos también a Monseñor Waldo Barrionuevo y a Monseñor Eugenio Scarpellini que acompañaron el caminar de las Misiones y especialmente las Obras Misionales Pontificias en Bolivia.
Que la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, nos acompañe.
Les saludo y bendigo.
Su hermano en Cristo,
+Mons. Adolf Eduard Josef Bittschi Mayer, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Sucre
Director Nacional de las OPM en Bolivia
