El sábado, 27 de abril, y bajo el lema “Uruguay, con la fuerza del Espíritu, Testigos de Cristo”, alrededor de 200 delegados de todas las diócesis del país se dieron cita en Montevideo, en el Colegio Seminario para compartir el 4to Simposio Misionero Uruguayo. La actividad estuvo organizada por el equipo nacional del Departamento de Misiones que preside Mons. Fabián Antunez y Obras Misionales Pontificias de Uruguay que dirige el P. Gabriel Rainusso. La Virgen de los Treinta y Tres encabezó la procesión inicial para poner toda la actividad bajo su manto, la antorcha misionera y las velas de cada continente, fueron iluminando cada departamento de Uruguay, las banderas uruguaya y del papa signo de unidad, una preciosa imagen del Papa Francisco rezando remarcando el año de la oración, un rosario misionero y la bandera del CAM6 como horizonte. Mons. Fabián fue el encargado de darnos con mucha calidez la bienvenida, que continuó la catequista y titiritera argentina Mónica Gomez (@monicagomeztiteres) que con mucha creatividad, el apoyo de sus marionetas y de cuatro adolescentes de la Obra Banneux, nos animó e interpeló a descubrir nuevas formas de trasmitir la Buena noticia. Cerraron esta primera parte con una oración que invitaba al compromiso, a dejarse sorprender por el Espíritu, y vivir intensamente la alegría del llamado bautismal, condiciones indispensables en la misión y que se reforzaron más tarde tanto en los testimonios, como en los talleres. La “Dimensión Misionera de la fe” fue el tema que desde Luena en Angola profundizó Mons. Martín Lasarte sdb. Muy conmovedores todos los videos. Música, danza, color (https://iglesiacatolica.org.uy/testimonio-de-mons-martin-lasarte-obispo-de-la-diocesis-de-luena-angola/). La Hna Jola, Misionera de San Pedro Claver, p. Juan Andrés Verde sacerdote diocesano de Montevideo, y p.Tomás Bradley sj sacerdote jesuita argentino misionando en Tacuarembó, compartieron con mucha generosidad sus experiencias misioneras y todos coincidieron en la importancia de la escucha profunda del otro, de la realidad, de la cultura, de estar dispuestos a preguntar qué es lo que se necesita, a dejarse transformar, a dejarse evangelizar con la total convicción que el Espíritu siempre antecede al misionero.
Los siete talleres simultáneos que reflexionaron la misión en diferentes contextos, en el campo, en la ciudad, en las periferias, en las redes, ad gentes, con jóvenes, tuvieron en común la alegría, el intercambio generoso de experiencias muy diversas tanto de los animadores, como de cada uno de los participantes y que con gran creatividad sintetizaron como ofrenda en la misa.
La Eucaristía concelebrada, fue el cierre de oro de una jornada tan fraterna como enriquecedora para todos, en la que sin duda pudimos sentir la Gracia de redescubrir y revalorar nuestro envío misionero bautismal. La antorcha misionera del CAM 6 se entregó para que siguiera su peregrinación por la diócesis de Tacuarembó.