LAS DIRECCIONES NACIONALES
Dos Papas Benedicto XV y Pío XI, fundamentales para el desarrollo y formación de una conciencia misionera de la Iglesia en el siglo XX, dieron impulso a una visión “universal” de la Iglesia.
Benedicto XV con la Carta Apostólica Maximum Illud, Pío XI con el Motu proprio Romanorum Pontificum del 1922 y luego con la Encíclica Rerum Ecclesiae, reconocieron y elevaron las Obras Misionales al rango de Pontificias.
De hecho, el florecimiento de varias nuevas iniciativas misioneras y el aumento de la actividad de estas Obras en apoyo de las misiones, llevó a la Santa Sede a atribuirles un significado más católico y una composición cada vez más internacional dentro del Consejo Superior General que las guiaba.
La estructura de la Obra para la Propagación de la fe antes de 1922 constaba de cuatro consejos nacionales (Lyon, París, Múnich y Aquisgrán), así como una serie de iniciativas europeas periféricas más pequeñas.
En el Romanorum pontificum se afirmaba explícitamente que la tarea de la Congregación de Propaganda fide era enviar misioneros a todas partes del mundo y distribuirlos según las necesidades de cada lugar.
El Papa Pío XI inauguró así una nueva etapa en la experiencia misionera, subrayando fuertemente sus aspectos católicos, es decir, la dimensión universal, así como la necesidad de una conciencia cada vez más capilar entre el clero y los laicos, con el fin de que cada Iglesia local supiese hacerse cargo de las responsabilidades que hasta entonces estaban repartidas entre institutos religiosos y diversas obras de apoyo a las misiones.
LOS DIRECTORES NACIONALES
En cada país, un Director Nacional, asistido por un consejo nacional, asegura el correcto funcionamiento de las OMP, de acuerdo con los estatutos locales y las directivas pastorales de la Conferencia Episcopal Nacional. Siguiendo el carisma y los principios básicos de las OMP, es decir mantener vivo el compromiso con la misión entre el pueblo de Dios, el Director Nacional puede contar, en todas las diócesis, con la ayuda y colaboración de un Director Diocesano que representa el ministerio pastoral misionero en la Iglesia local.