Toda la Iglesia para todo el mundo
(Beato Paolo Manna)
La misión universal de la Iglesia
Del Evangelio según san Mateo
«Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y toda la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló muchas cosas en parábolas: “Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron. Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta. El que tenga oídos, que oiga”». (Mt 13, 1-9)
Del Magisterio de la Iglesia
«Todos los hombres están llamados a formar parte del nuevo Pueblo de Dios. Por lo cual, este pueblo, sin dejar de ser uno y único, debe extenderse a todo el mundo y en todos los tiempos». (Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium, 13)
«Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual». (Conc. Vat. II, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et Spes, 22)
«La misión universal de la Iglesia nace de la fe en Jesucristo. (...)En el hecho de la Redención está la salvación de todos, “porque cada uno ha sido comprendido en el misterio de la Redención y con cada uno Cristo se ha unido, para siempre, por medio de este misterio”». (Juan Pablo II, Carta Encíclica sobre la permanente validez del mandato misionero, Redemptoris Missio, 4)
«Las cuatro Obras —Propagación de la Fe, San Pedro Apóstol, Santa Infancia y Unión Misional— tienen en común el objetivo de promover el espíritu misionero universal en el Pueblo de Dios. (...) “La consigna ha de ser ésta: Todas las Iglesias para la conversión de todo el mundo”». (Juan Pablo II, Carta Encíclica sobre la permanente validez del mandato misionero, Redemptoris Missio, 84)
De los escritos del B. Paolo Manna
«Nuestro lema deben ser las palabras: “toda la Iglesia para la conversión de todo el mundo”, y toda la Iglesia significa todo el cuerpo jerárquico, con todas las fuerzas a su disposición, es decir, las fuerzas de todos los católicos». (P. Manna, Le nostre “Chiese” e la propagazione del Vangelo – per la soluzione del problema missionario, Trentola-Ducenta 1950, p. 63)
«El campo en el que se desarrolla la obra salvífica de la Iglesia es el mundo entero. Todos los hombres son ovejas del redil de Cristo, al cual Él ha designado un único Jefe y Pastor, el Papa». (P. Manna, La conversione del mondo infedele, Milán 1920, p. 21)
«Por tanto, hemos vuelto a ser hijos de Dios, porque la vida divina que procede del Padre al Hijo, y que fluye del Hijo en su Santa Humanidad asumida, circula por obra de Cristo en todos los redimidos, si la aceptan a través del Santo Bautismo. ¡Qué misterio de amor!» (P. Manna, Chiamati alla santità, Nápoles 1977, p. 23)
«La finalidad de las misiones es el establecimiento en todo el mundo de nuestra Santa Madre Iglesia, que es el Reino visible de Dios y de Nuestro Señor». (P. Manna, Osservazioni sul metodo moderno di evangelizzazione, Bolonia 1979, p. 77)
«El Evangelio ha abolido muchas de las barreras que dividían a los pueblos. La Iglesia, que debe abrazar a todos los hombres, es una y sólo una. Por tanto, se debe a todos y todos pueden pertenecer a ella». (P. Manna, I fratelli separati e noi – Considerazioni e testimonianze sulla riunione dei Cristiani, Roma-Milán 1941, p. 282)
Preguntas para la reflexión
- ¿Hasta qué punto estoy dispuesto a dar testimonio y predicar el Evangelio a personas que parecen ignorar o incluso combatir las cuestiones religiosas?
- ¿Hasta qué punto estoy convencido de que la misión de la Iglesia se dirige a todos, incluso a los que parecen alejados de la fe?
- ¿Qué hago concretamente, cada día, para llevar el Evangelio “al mundo entero”?
ORACIÓN
Dios, que en tu infinita sabiduría decidiste extender el Reino de Cristo a todo el mundo y hacer partícipes a todos los hombres de la redención, haz que tu Iglesia sea signo de salvación para todos, proclamando y realizando el misterio de tu amor por los hombres.
Dios, que en la Nueva Alianza establecida por Cristo, constantemente hace de todos los pueblos un solo pueblo, unido por el Espíritu Santo, haz que la Iglesia, fiel a su misión, acompañe el desarrollo de la humanidad y sea fermento evangélico y alma de la sociedad humana para que, renovada en Cristo, se transforme en la familia de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.