Noviembre 2021

Meditación para sacerdotes, consagrados, laicos

 

Es Dios quién habla por boca del misionero que reza

La oración es el gran secreto de la vida misionera

Carta a los Colosenses

« Orad al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos dé ocasión de predicar, y de exponer el misterio de Cristo - por el cual estoy en la cárcel -. Pedid que lo exponga como es debido». (Col 4,3-4)

Documentos de la Iglesia

«Es el corazón el que ora. Si este está alejado de Dios, la expresión de la oración es vana». (Catecismo de la Iglesia Católica, 2562)

«Lleno de fe viva y de esperanza firme, el misionero sea hombre de oración». (Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la iglesia, Ad Gentes, n. 25)

«Entre las formas de participación, el primer lugar corresponde a la cooperación espiritual: oración, sacrificios, testimonio de vida cristiana. La oración debe acompañar el camino de los misioneros, para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por medio de la gracia divina». (Juan Pablo II, Carta Encíclica, Redemptoris Missio, n. 78)

De los escritos del B. Paolo Manna

«Cuando nuestros corazones estén unidos a Dios en la intimidad de la meditación y de la oración, entonces el fuego ‘arderá’ y nuestro amor nos sugerirá ese celo ingenioso, práctico, perseverante e incansable que distingue al verdadero apóstol de Jesucristo». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 49)

«La vida puramente activa no existe. […] El misionero es María en la contemplación, es Marta en la acción exterior. El misionero que quiere hacer sólo el papel de Marta es reprendido por nuestro Señor, no es bendecido y no lleva nada a conclusión… ». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, pp. 199-200)

«El hombre de oración está como inmerso en una luz sobrenatural » (P. Manna, Chiamati alla santità, Nápoles 1977, p. 122)

«El misionero que es verdaderamente hombre de oración, es el único que puede presentarse ante las gentes como un mensajero de Dios, como si tuviera una misión para ellas. […] El misionero, inflamado en la oración por el fuego del Espíritu Santo, convierte verdaderamente las almas y forja verdaderos cristianos, que, inflamados por el mismo fuego, se convierten a su vez en apóstoles de la fe abrazada entre sus propios compatriotas». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 202)

«Es valioso saber predicar, pero es mucho más valioso saber orar. El misionero que posee una buena lengua y sabe predicar, pero que reza poco, expondrá muy bien las verdades de nuestra Santa Religión, pero dejará frías a las almas. El misionero que tiene mucha intimidad con Dios en la oración, aunque no sea un gran orador, tendrá siempre el don de transfundir el espíritu de Jesucristo en las almas […]. El primero enseñará a Jesucristo, el otro lo hará ver». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 56)

«El misionero dedicado a la oración obliga al Espíritu Santo a actuar, y entonces se realiza la obra de las verdaderas conversiones». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 201)

«Dios habla por boca del misionero que reza». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 197)

«Oración y acción. Primero la oración y después la acción». (P. Manna, Chiamati alla santità, Nápoles 1977, p. 265)

Omitir la oración a causa del trabajo « ¿no es dejar a Dios por Dios? Error capital: eso es dejar a Dios por el diablo. ¡Oh! Él, el diablo, no tiene miedo de ciertas obras católicas basadas en el clamor, la confusión y el amor propio… nos deja hacerlo, nos ayuda y… se ríe de ello. Son las virtudes interiores, es la oración lo que le molesta». (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 192)

« ¿De qué nos extrañamos si los hombres no nos escuchan, cuando nosotros no sabemos escuchar a Dios, y nos aburre su compañía en la oración y no sabemos pasar una hora al pie del Tabernáculo?» (P. Manna, Virtù Apostoliche, Milán 1944, p. 195)

Preguntas para la reflexión

·         ¿Qué lugar ocupa la oración en mi vida cotidiana?

·         ¿Cuán fuerte es la convicción en mí de que Dios es quien guía las historias, el tiempo y los acontecimientos?

·         ¿Dejo que Dios actúe en mi vida libremente sin levantar barreras?

·         ¿Cuánto y cómo acompaña mi oración a los misioneros dispersos por el mundo con sus necesidades?

·         ¿Expreso a aquellos a quienes he sido enviado que “la oración es el primer medio de cooperación misionera”?  

ORACIÓN

Respira en mí, oh Espíritu Santo,

para que mis pensamientos puedan ser todos santos.

Actúa en mí, oh Espíritu Santo,

para que mi trabajo, también pueda ser santo.

Atrae mi corazón, oh Espíritu Santo,

para que sólo ame lo que es santo.

Fortaléceme, oh Espíritu Santo,

para que defienda todo lo que es santo.

Guárdame pues, oh Espíritu Santo,

para que yo siempre pueda ser santo.

Amén.

San Agustín

 

Señor y Padre mío,

que te conozca y te haga conocer;

que te ame y te haga amar;

que te sirva y te haga servir;

que te alabe y te haga alabar

por todas las criaturas.

Dame Padre Mío,

que todos los pecadores se conviertan,

que todos los justos perseveren en gracia

y que todos consigamos la eterna gloria.

Amén.

San Antonio María Claret