POSI: Las orientaciones sobre la utilización de imágenes de menores
El pasado 19 de mayo, con ocasión del aniversario de la fundación de la Obra, la Pontificia Obra de la Santa Infancia ha enviado a todos los Directores Nacionales de las Obras Misionales Pontificias las orientaciones sobre la utilización de las imágenes de menores en los diferentes instrumentos y materiales de comunicación de los que se sirven las Obras Misionales Pontificias a nivel nacional e internacional, para subrayar el carisma de las OMP en la Iglesia y en el mundo.
“Todos estamos convencidos de que el niño es digno de respeto, cualquiera que sea su condición física, su origen cultural, social o religioso. Y con el término respeto queremos entender el significado más amplio y extenso. Este derecho se puede vulnerar incluso con un uso inapropiado de las imágenes de muestran a la persona y que pertenecen a su esfera privada, y en el contexto de niños y jóvenes entendemos la familia y las diferentes comunidades a las que pertenecen y de experiencia”, explica en un artículo publicado en el Osservatore Romano sor Roberta Tremarelli AMSS, Segretaria General de la Pontificia Obra de la Santa Infancia. Las orientaciones se recogen en doce puntos: Cada interacción y actividad que se refiere a los menores esté siempre inspirada a los principios de dignidad, de respeto, de decoro personal y de responsabilidad. Nuestra comunicación sea siempre positiva. Se utilicen imágenes que promuevan y atraigan porque comunican belleza, protección, desarrollo, fe, testimonio, alegría, prefiriendo fotos de niños en grupo. El niño y el adolescente sean sujeto y no objeto de la imagen, se evidencie la capacidad de ser protagonistas del propio destino y no beneficiarios pasivos de la acción. Las fotos y los videos sean apropiados o referidos a la actividad en la cual el niño está empeñado, en la Infancia Misionera, en la escuela o en otras situaciones de su vida. No se alimente la discriminación o la dependencia de un país sobre otro. Se use discreción, prudencia y sentido común para informar, evitando de impresionar al destinatario con imágenes crudas de quienes en aquel momento no pueden defender su propia dignidad. Se fotografíe o se usen fotografías o imágenes de niños decorosos, y no se les presente como víctimas, vulnerables o sometidos, sucios o hambrientos, en lágrimas o desnudos. No se haga referencia a estereotipos o a materiales sensacionalísticos para promover las propias actividades, fotografiando situaciones extremas y de dolor, instrumentalizando la presencia de menores para inducir a piedad y para lograr un aumento en la colecta de los fondos. Nos aseguremos que las imágenes sean una representación honesta de la situación y de los hechos. No se involucre a niños y adolescentes en publicidades que puedan perjudicar el armónico desarrollo de sus personalidades o de aquellos niños que miran las imágenes. Se ponga particular atención y sensibilidad en la difusión de imágenes de niños enfermos, heridos, desventajados o en dificultad, para evitar que en nombre de un sentimiento de piedad se llegue a un sensacionalismo que termine por convertirse en explotación de la persona.
Se trata, pues, de evitar cuanto sigue: Actuar en modo de avergonzar, comprometer, o degradar a los niños provocando formas de abuso emotivo. Poner al niño en peligro o exponerlo a posibles humillaciones. Discriminar a los niños cuando se elige a quien fotografiar. Etiquetar a los niños o describirlos en un modo que podría provocar respecto a ellos sentimentalismos o incluso abusos psicológicos, físicos, verbales o sexuales. Publicar una historia que podría poner en peligro a los niños, a su familia y a aquellos que los circundan. Alimentar el sentido de asistencialismo.
Sor Tremarelli explica en el artículo: “Se parte de tres elementos: el concepto de dignidad de la persona, de cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios. Imagen que va protegida y nunca menoscabada porque para la Iglesia la dignidad de la persona es prioritaria (Evangelii gaudium, 213); el concepto de imagen y comunicación social, entendidas como recursos para la promoción de la persona; el concepto de menor. El niño y el joven deben ser objeto y no sujeto de la imagen. Ésta debe promover y atraer porque comunica belleza, protección, desarrollo, fe, testimonio, alegría, esperanza”.