
El Arzobispo Nappa celebra en Seúl los 60 años de las Obras Misionales Pontificias de Corea
«Visito con gran emoción esta tierra de mártires, Corea, un país único en la historia de la Iglesia, donde la fe arraigó espontáneamente antes de la llegada de los misioneros». Con estas palabras, el arzobispo Emilio Nappa ha iniciado su homilía durante la misa conmemorativa por el 60 aniversario de la creación de la Dirección Nacional Coreana de las Obras Misionales Pontificias (OMP). La concelebración eucarística, presidida lunes 31 de marzo por el obispo Mathias Iong-hoon Ri, presidente de la Conferencia Episcopal Coreana, ha tenido lugar en la catedral de Myeongdong, en la archidiócesis de Seúl.
El Arzobispo Nappa, actual Secretario de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano y antiguo presidente de las Obras Misionales Pontificias, ha concelebrado la Misa a las 10:30 horas, en presencia del cardenal Andrea Yeom, arzobispo emérito de Seúl; del arzobispo Giovanni Gaspari, Nuncio Apostólico en Corea del Sur; y de numerosos prelados, sacerdotes, antiguos directores nacionales de las OMP, religiosas, misioneros laicos y cientos de fieles.«Vuestros antepasados en la fe -ha dicho el arzobispo Nappa- custodiaron su fe bajo duras persecuciones, soñando con la vida eterna. Nobles y siervos se sentaban juntos, llamándose hermanos y hermanas». El ex presidente de las OMP ha expresado su gratitud y alabanza a Dios por todos aquellos que han servido a las OMP coreanas a lo largo de su historia. Asimismo, ha invitado a los fieles a «suplicar con la misma ardiente intención que se despierte en vosotros la fe firme que animó a vuestros antepasados en la fe». En su discurso de bienvenida, el cardenal Andrew Soo-jung Yeom, arzobispo emérito de Seúl, ha repasado la historia de las Obras Misionales Pontificias en Corea, recordando que fueron establecidas el 29 de junio de 1965 como la «Comisión Pontificia para la Propagación de la Fe». Ha destacado cómo, a lo largo de seis décadas, la Iglesia en Corea ha pasado de ser una «Iglesia que recibe» -cuando el país aún era pobre y los seminarios dependían de los subsidios de las OMP- a convertirse en una «Iglesia que da». Y esto porque «la Iglesia en misión –ha explicado el Cardenal- es una 'Iglesia en camino', que difunde la fragancia de Cristo a través de la caridad vivida en la cotidianidad». Tras la celebración eucarística, ha tenido lugar una conferencia sobre la misión, en la que se han compartido diversos testimonios de misioneros consagrados y laicos.
Desde la diócesis de Suwon, un matrimonio de misioneros laicos de la Consolata y abuelos de tres nietos, Aquinas Seong-ho Song y Rosa Eun-hyung Rosa Yang, han relatado su vocación misionera tardía. A los 60 años, fueron llamados a la misión en Tanzania, tras una primera experiencia en Mozambique. «Vivir con la gente y amarla» para «poder anunciar a Cristo» ha sido el eje central de su testimonio. Como administrador del Centro Misionero él y vicedirectora ella, han destacado la importancia de aprender el idioma local y obtener el carné de conducir para integrarse en la comunidad y comprender sus expresiones culturales. También han subrayado cómo la misión que han abrazado es «un lugar donde es difícil vivir sin oración».
Otro testimonio significativo ha sido el de la hermana Anna Kang, miembro de las Religiosas Misioneras de la Enseñanza y misionera en Filipinas entre 2018 y 2023. Con el apoyo de las Obras Misionales Pontificias y la generosidad de numerosos donantes, ha llevado a cabo un proyecto educativo destinado a la infancia. La iniciativa ha permitido la creación de una escuela infantil, concebida para acoger y educar a niños provenientes de hogares donde «una sola habitación sirve como cocina, dormitorio y baño».
Durante su conferencia, el padre Peter Dong Won Kim, responsable del Departamento de Misión ad gentesde la arquidiócesis de Seúl, ha compartido su experiencia misionera en Taiwán, en una parroquia situada en una comunidad aborigen de las montañas. Ha subrayado que «el camino misionero no está dictado por la preferencia personal (aunque pueda parecerlo), sino por la respuesta del misionero a la llamada de Dios».
Dirigiéndose al arzobispo Emilio Nappa, el padre Marco Sungsu Kim, oficial del Dicasterio para la Evangelización (Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares), que ha acompañado al Arzobispo en su visita a Japón y Corea del Sur, ha expresado su deseo de que «el espíritu misionero que usted ha experimentado como Presidente de las Obras Misionales Pontificias siga acompañándole en el desempeño de su nueva misión». Al final de su homilía, el ex presidente de las OMP ha hecho una pausa para agradecer a la Iglesia coreana su generosa entrega a la misión universal, destacando la disponibilidad de sus sacerdotes para servir en distintos rincones del mundo.
P.R., Agencia Fides
Photo by “CBCK” e “Don Marco Kim”