El 1 de junio se celebra el 132º aniversario de la fundación de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol (POSPA)

01 junio 2021

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El 1 de junio se celebra el 132º aniversario de la fundación de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol (POSPA), que la tradición quiere que coincida con la sentida petición de ayuda a Jeanne Bigard mandada por monseñor Jules-Alphonse Cousin, de las Misiones Extranjeras de París, vicario apostólico del sur de Japón desde 1855, y luego obispo de Nagasaki desde 1891. 

El obispo, en su carta dirigida a las Sras. Bigard (Jeanne y su madre Stéphanie) con fecha 1 de junio de 1889, explica que, por falta de medios económicos, se ve obligado a enviar a casa a jóvenes que tienen claros signos de vocación sacerdotal. La misma Jeanne Bigard explicaba en 1902 en el Congreso Mariano de Friburgo (Suiza) y en el Congreso Eucarístico de Namur (Bélgica): “A partir de las informaciones recogidas de los obispos misioneros, alcanzamos la dolorosa certeza de que en todas partes de la Misión, ya sea en las Indias, en África, en Japón y en todo el Extremo Oriente, la formación del clero indígena quedaba en suspenso por falta de dinero”. Continúa Bigard: “Armadas de una gran confianza en Dios, teniendo como apoyo sólo las cartas de los Obispos misioneros que nos habían confiado sus angustias, nos hicimos mendigas... El pensamiento que nos sostenía era que nos consagrábamos a una de las Obras más queridas de la Iglesia: sabíamos, en efecto, que la formación de un Clero indígena había sido siempre recomendada con insistencia a los Misioneros, por los Soberanos Pontífices, como la obra constitutiva y vital de la Iglesia. Así pues, seguimos adelante, bajo la mirada de Dios y de María, a la que saludamos con un Ave María antes de cada acto... A cambio de nuestra entrega y de nuestros sacrificios que los obispos les habían dado a conocer, estos queridos seminaristas nativos, en las cartas que nos enviaron, imbuidos de profunda piedad y, a veces, de admirables sentimientos, se complacían en declararse hijos nuestros y en nombrarnos sus madres en Cristo”.  

Confirmando la iniciativa de la Sra. Bigard, la encíclica Ad extremas del Papa León XIII del 24 de junio de 1893, en la que el Papa, señalando que los obispos locales se veían obstaculizados en su misión por la pobreza de sus familias y la escasez de sacerdotes aptos para dirigir los estudios y gobernar sabiamente la organización, escribía: “Esto demuestra cuán oportuno es, cuán útil es para la salud pública fundar seminarios en las Indias Orientales donde los jóvenes del lugar, la esperanza de la Iglesia, sean instruidos en toda fineza de doctrina y en aquellas virtudes sin las cuales los sagrados ministerios de la Iglesia no pueden ser ejercidos ni santa ni útilmente”.