La oración, el sacrificio y la ofrenda son las tres palabras claves de cada Obra Misiónale Pontificia.
La oración: los niños de la Infancia Misionera rezan todos los días por los otros niños y por la difusión del mensaje evangélico.
La colecta: es el fruto de los sacrificios de los niños misioneros y de todos aquellos que quieren dar un futuro mejor a los niños del mundo. Estos “dones” se recogen en las diferentes Direcciones Nacionales presentes en los países respectivos, y son enviados al Fondo Universal de Solidaridad de la Infancia Misionera para que sean redistribuidos a millones de niños necesitados en todos los rincones de la tierra. Gracias a estas ayudas, muchísimos niños pueden conocer a su Jesús y el evangelio, pueden comer, estudiar, tener un techo bajo el cual dormir, curarse.
El testimonio misionero: con su comportamiento y con su mensaje, los niños misioneros son testigos y ejemplo de vida para los niños de su edad y para toda la comunidad.
La Pontificia Obra de la Infancia Misionera favorece una educación humana y cristiana, ofreciendo un espacio para la recreación y el compartir, fundado en los valores del Evangelio por medio de actividades de catequesis, formación, oración, visita a los más pobres y enfermos. Ofrece un modo de acercarse positivo y fraterno a la luz de la fe cristiana hacia el otro, para suscitar cercanía de corazón y de oración, conocimiento y colaboración, ayuda recíproca entre los niños del mundo. La educación misionera de los niños pasa de la sensibilización al conocimiento para llegar a la espiritualidad y a la voluntad en modo de provocar, a largo plazo, un cambio en el estilo de vida y de las relaciones con Dios y con el próximo.
La Infancia Misionera tiene una propia organización en la comunidad local, pero siempre con una proyección universal. Es un fermento al servicio de la pastoral misionera. Esta Obra se integra en la pastoral diocesana y parroquial, en sus estructuras y en sus órganos, integrando sus programas y sus servicios. Se integra, en modo especial, en la catequesis diocesana y parroquial, en la educación escolar, en las actividades de pastoral misionera y en los otros servicios pastorales que se refieren a los niños.
El apoyo que una diócesis /parroquia puede dar a la obra de la I.M. se realiza a través de los sensibilización de los niños para que sean testigos del amor de Dios hacia todos, iniciando desde el ambiente que nos circunda, y a pensar en los demás niños que viven en cada parte del mundo y a rezar por ellos.