Las Hermanas Franciscanas trabajan en la diócesis desde 2013.
En el pasado, las cuatro religiosas vivían en una cabaña de bambú. Gracias a la construcción, en la actualidad pueden llevar a cabo su apostolado con serenidad y disponibilidad renovadas por las mejores condiciones de vida.
Los destinatarios del proyecto son las 4 religiosas y los 1709 ciudadanos.