Sábado 14 Octubre 2023

14 octubre 2023

San Calixto I, Papa y mártir

Jl 4,12-21;

Sal 96;

Lc 11,27-28

“Aunque sólo en el cielo veremos verdaderamente la gloria de María, la admiraremos por siempre y alabaremos su grandeza”, escribió el beato Paolo Manna, ahora podemos admitir sin duda que es única y bendita entre todas las mujeres. Su maternidad y su confianza en la promesa de Dios la convierten en una mujer especial.

El evangelio de hoy nos muestra entre la multitud a una mujer anónima que admira a Jesús alabando a su Madre. Cristo está de acuerdo con ella, pero subraya que, sobre todo, son bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. Así, cada uno de nosotros puede ser como María, tan dichosa, tan feliz, es decir, tan dispuesta a recibir a Dios mismo. Sólo hace falta una cosa: escuchar la palabra de Dios y cumplirla. No es un proceso fácil. Es importante que esta Palabra no sólo se oiga, sino que se escuche, se comprenda y se viva. Estamos aprendiendo constantemente a hacer esto, y de hecho todo lo que hacemos, nuestra vida y nuestra búsqueda del paraíso, todo se centra en esto.

A través del Evangelio de hoy, Jesús quiere decirnos que es posible ser bienaventurados, que su gracia actúa en nosotros para que los demás, al mirarnos, glorifiquen a Dios. Que María nos apoye en nuestros esfuerzos por escuchar y cumplir la Palabra de Dios, así como ella creyó en esa Palabra y la puso en práctica.