
Sábado 21 Octubre 2023
Rm 4,13.16-18;
Sal 104;
Lc 12,8-12
Se dice que la verdadera amistad se reconoce en las dificultades de la vida. Y es igualmente cierto, que son muy pocos los que están dispuestos a mostrarse como amigos de alguien que está en dificultades. ¡Más aún cuando nuestro sufrimiento es causado por un amigo...! De esto habla el Evangelio de hoy. Ser amigos de Jesús, ser sus discípulos y misioneros, significa exponerse y anticipar que esta amistad tiene consecuencias. Profesar ser cristiano y ser misionero del Evangelio es visto a veces con respeto, a veces con admiración. Sin embargo, en otras circunstancias, estar del lado de Jesús también lo expone a uno a riesgos, como no ser comprendido ni aceptado. En algunos casos, el radicalismo significa incluso ser perseguido. Jesús dijo “si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15,20), así que ¡prepárate! En estas pruebas estamos llamados a ser fieles y a no desanimarnos. Debemos darlo todo, confiando en que en este esfuerzo que puede parecer sobrehumano, no estamos solos. El Señor con su gracia nos sostiene y no permite que seamos probados más allá de nuestras fuerzas. Si con nuestras oraciones nos acordamos a menudo de los que están en la prueba y en la tribulación, invocando la perseverancia en la prueba, pidamos también esta misma perseverancia para nosotros en los momentos en que las pruebas y las dificultades nos afectan, sin desanimarnos nunca, sino confiando cada vez más en el Señor y en su fuerza.