Jueves 5 Octubre 2023

05 octubre 2023

Santa Faustina Kowalska, Apóstol de la Misericordia

Ne 8,1-4.5-6.7-12;

Sal 18;

Lc 10,1-12

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies». La predicación de la Buena Nueva requiere la participación humana, pero no hay que olvidar que ante Dios sólo somos mendigos. Hay muchos corazones esperando el Evangelio, por lo que también debe haber muchos corazones rezando. Dios nos enseña a confiar y lo confirma con las señales del Cielo que indican que esta es su mies, y estos son sus obreros. Si leemos con atención el evangelio de hoy, nos daremos cuenta de que el plan fue preparado por el propio Jesús, que envió a los elegidos, los custodió y los dotó de todo lo necesario para la evangelización. Nuestra actitud debe ser de constante agradecimiento, porque el Mesías nos invita a todos los bautizados a ir a predicar. En la tradición, el envío de dos en dos es una imagen de una combinación de acción y oración, un símbolo de predicación y silencio. Un discípulo “abre” la boca a la gente que encuentra, mientras que el otro “abre” su corazón a la voz de Dios. En la cooperación misionera, necesitamos las dos alas de la evangelización, es decir, la acción y la oración. Por eso, en el mes misionero, mostramos actividad y creatividad en la difusión de la Buena Noticia y, por otro lado, también sentimos la necesidad de orar y sumergirnos en la Palabra de Dios. La evangelización es una cuestión de fe, por lo que la fe debe ser fuerte para llevar a Jesús al mundo. Esto es lo que dijo B. Paolo Manna, fundador de PUM: “El espíritu de fe en vuestra santa vocación significa una convicción viva, profunda y constante de que el Señor os ha confiado una tarea de cuyo cumplimiento depende vuestra santificación y la de muchas almas.