El 19 de mayo la Obra de la Santa Infancia celebra el 178 aniversario de su fundación

18 mayo 2021

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En este mes de mayo, la Obra de la Santa Infancia celebra el 178 aniversario de su fundación por iniciativa de Monseñor Charles de Forbin-Janson, obispo de Nancy, el 19 de mayo de 1843. El joven obispo, impresionado por las noticias que le llegaban de los misioneros franceses en China sobre los numerosos niños que morían sin haber recibido el bautismo, tras pedir consejo a Pauline Jaricot, fundadora de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, tuvo la idea de implicar a los niños de Francia en las misiones: “Un Ave María al día, un centavo al mes” para curar a un niño y salvar su alma y con esta iniciativa sembró la semilla de la que brotaría la Obra. 

Mons. Forbin-Janson fue un gran predicador: el 2 de junio de 1839, el Papa Gregorio XVI le encomendó una misión oficial, estaba convencido de que el joven obispo, inspirado por el Espíritu Santo, habría vuelto a recorrer la obra de San Vicente de Paúl, una obra de misericordia y de gracia, en los Estados Unidos y Canadá. El obispo francés, acompañado de dos sacerdotes de la Congregación de los Sacerdotes de la Misericordia, a los que encomendó un colegio en Spring Hill, cerca de Mobile, en Estados Unidos, zarpó de Nápoles el 15 de septiembre de 1839 y llegó a Nueva York el 18 de octubre siguiente, iniciando un período de dos años de predicación misionera: “¡Aquí se abre ante mí esta gran América y su prodigioso futuro! Sigue siendo un niño, pero gigante cuya educación, buena o mala, concierne a todos”, subrayaba el obispo, que en la gran ciudad estadounidense inició la construcción de una iglesia consagrada a San Vicente de Paúl antes de marcharse a predicar a Filadelfia.

Mons. Forbin-Janson en mayo de 1840 se encontraba en Baltimore, Buffalo, Detroit, Dubuque, Iowa y St- Antoine (Minneapolis). El 16 de agosto en Cincinnati, y el 1 de diciembre de nuevo en Nueva York. En el último trimestre de 1840 viajó a Canadá: el 3 de septiembre llegó a Quebec, el 2 de octubre a Montreal donde fue de misión a Terrebonne, al lago des Deux - Montagnes donde se reunió con los indios que allí vivían, y predicó en el seminario de San Suplicio. Desde el 21 de enero de 1841 fue a Montreal, a San Lorenzo y Santa Escolástica, y el 1 de febrero a Trois-Rivières. El 1 de diciembre se encontraba de nuevo en Nueva York.  En poco más de un año, el obispo Forbin-Janson predicó sin descanso en más de sesenta lugares diferentes: las diócesis de Quebec, Montreal, Kingston y las Provincias Marítimas se beneficiaron de esa gracia. En enero de 1842, el obispo Forbin-Janson estaba de vuelta en Roma y pudo informar al papa Gregorio XVI del resultado de su misión: el pontífice le nombró asistente del trono papal y conde romano por su extraordinario celo en la propagación y defensa de la fe católica en América.